Técnicas de Estudio

¿QUÉ MOTIVOS TENGO PARA ESTUDIAR?

Si el estudio exige esfuerzo, hacer algo, todos los días en momentos en que quizá no tenemos ganas, ¿cómo se explica el que muchos estudiantes  estudien por voluntad propia, incluso cuando no hay que preparar un examen?  Solamente hay una respuesta: porque tienen motivos. Lo más importante para hacer algo que cuesta (estudiar, obedecer, ayudar a los demás, sacrificarse por alguien o por algo...) es un buen motivo para realizarlo.
¿Te has preguntado cuales son tus motivos actuales para estudiar? Mira a ver si es alguno de los siguientes:
 
  1. No poder hacer ninguna otra cosa.
  2. Conseguir un premio o evitar un castigo.
  3. Complacer a mis padres y profesores.
  4. Quiero prepararme para una profesión que me gusta.
  5. Encontrar  respuesta  a muchas cosas que despiertan mi curiosidad.
  6. Educarme mejor.
  7. Ser más útil  a los demás.
 
Tras reflexionar sobre tus motivos para el estudio, ¿podrías decir cuáles te parecen más validos y cuales menos de entre los ocho citados?
El orden de los mejores quizá varíe mucho, y todos puedan ser válidos.
Pero está claro, por la evidencia estadística, que los peores motivos (en este orden) son: el 1, el 2 y el 3.
¿Es posible, entonces, desarrollar en uno mismo más y mejores motivos para el estudio? Afortunadamente, sí es posible. Puedes conseguir, si te lo propones de verdad, que una asignatura que te resultaba un “rollo” llegue a ser interesante. 
A continuación te sugerimos algunos procedimientos:
         
  • Proponte pequeñas metas cada día y comprueba si las has conseguido;  
  • Relaciona  el contenido de la asignatura con algo que te guste;                     
  • Comenta de vez en cuando algún aspecto de la asignatura  con compañeros   muy interesados en ella, o con el profesor;
  • Realiza algunas tareas en equipo;
  • Hazte  preguntas a ti mismo en relación con el contenido de un tema antes de estudiarlo, y trata de responderlas a medida que lo vayas conociendo;
  • Estudia  de una forma activa:  reflexiona, subraya lo importante, consulta en el diccionario o enciclopedia  lo que no entiendas o exija ser ampliado,  etc.
 
Con estos procedimientos se busca que el trabajo de estudiar tenga sentido para quien lo realiza, y en consecuencia, sea atrayente.
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Los cuatro pasos del aprendizaje rápido y eficaz

1. Querer estudiar. Tener motivación para aprender, es decir, saber que implica cierto esfuerzo y estar dispuesto a realizarlo. Una vez aceptada una meta, el camino hacia ella se hace más fácil, por tanto hemos de clarificar, cuanto sea posible, nuestras metas en el estudio.
2. Prepararse. Reunir todas las condiciones favorables para aprender, y asociar sentimientos agradables a todo lo referente al estudio, ya que así se asimilará y se recordará mejor.
3. Aprender las reglas (pocas y claras). Sólo se puede mejorar aquello que se conoce bien.
4. Practicarlas hasta que se conviertan en hábito. La repetición continuada y el repaso hace muy fuerte la conexión entre los elementos estudiados, reduciendo mucho el olvido.


Mapas Conceptuales

Para realizar un buen Mapa Conceptual puedes
seguir estos pasos:

1.- Conforme vayas leyendo, identifica las ideas o conceptos principales y escríbelos en una lista.
2.- Desglosa la lista, escribiendo los conceptos separadamente en una hoja de papel, esa lista representa como los conceptos aparecen en la lectura, pero no como conectar las ideas.
3.- El siguiente paso será ordenar los conceptos desde el más general al más especifico en orden descendiente.
4.- Ahora arregla los conceptos que haz escrito en pedazos de papel sobre tu mesa o escritorio, empieza con el que contenga la idea más general.
5.- Si la idea principal puede ser dividida en dos o más conceptos iguales pon estos conceptos en la misma línea o altura, y luego ve poniendo los pedazos de papel relacionados abajo de las ideas principales.
6.- Usa líneas que conecten los conceptos, y escribe sobre cada línea una palabra o enunciado que aclare porque los conceptos están conectados entre sí.
No esperes que tu mapa sea igual a otros mapas de tus compañeros pues cada quien piensa diferente y se perciben relaciones diferentes en los mismos conceptos pero la practica hará de ti un maestro en mapas conceptuales.

 
Recuerda:

· Un mapa conceptual no tiene que ser simétrico.
· Un mapa conceptual es una forma breve de representar información.
· No existe un mapa correcto o perfecto para un grupo de conceptos, los errores solo ocurren si las relaciones entre los conceptos son incorrectas.
Aunque los mapas conceptuales son nietos de los cuadros sinópticos, tú puedes encontrar nuevas relaciones y significados en ellos, la mejor forma de familiarizarte con el desarrollo de mapas es practicando, elige un tema que te interese, como: automóviles, estéreos, grupos y estilos musicales, equipos de fútbol, etcétera, y desarrolla mapas conceptuales.